Durante años tuve unas botas industriales con punta de acero para ponérmelas casi a diario... ellas me acompañaron junto con el cabello largo, las camisetas negras, las camisas leñadoras y la mala actitud... hice todo lo posible para que el espíritu totalmente rockero no muriera... pero fracasé, ahora soy un seguidor del buen tango (aunque siempre lo fui desde la clandestinidad), de la balada romántica, de la salsa brava y la música tropical decembrina (¡Vivan los 14 cañonazos!)... pero aún así no me siento del todo traidor porque sigo aborreciendo el reggaeton, la champeta, el ragga y todos esos ritmos raros que creen que son música. Sin embargo, Keep on Rockin'!
No hay comentarios:
Publicar un comentario