Los buses sacan lo peor de mi... pero también sacan (o mejor, hacen que salgan) unos buenos pensamientos... ¿o quién no ha tenido unas buenas disertaciones consigo mismo en un bus?... rodeado por la gente, oliendo el sudor de todos, tratando de no mirar a la señora que sabés que que te está mirando pa' que le des el asiento, mientras uno piensa "como estoy de cansado"... el bus no es lo mejor del mundo (tampoco es lo peor, pero se acerca), es aceptable el hecho de ser capaz de sacar a flote la misantropía en un franciscano, pero me ha ayudado a tomar buenas decisiones, así que un indulto para el bus... por lo menos por ahora...
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