Unos días después de mi cumpleaños número 25, me llamó un primo a la casa y me preguntó si iba a estar allí en un rato más, que iba para cine y que iba a pegarse un pasón por la casa, le dije que bueno, que era bienvenido... llegó a los quince o veinte minutos con su novia y ambos me entregaron una cajita que contenía lo que ven en la fotografía: una licorera de bolsillo (creo que así se llama) con un juego de copas y un mini embudo incluídos... no fui la persona más feliz del mundo (obviamente, ni que fuera un alcohólico) pero por lo menos sé que hay personas que siempre han sido muy cercanas que conocen mis gustos. Por estos días esa licorera me acompañó en una faena alcohólica que me dejó algunas consecuencias físicas (una raspadura), aún así la seguiré utilizando cuando la situación lo amerite (y cuando no también)...
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